
Si algún día vuelvo a tocar la flauta le pondré música a este fantástico poema:
La primavera besaba
suavemente la arboleda,
y el verde nuevo brotaba
como una verde humareda.
Las nubes iban pasando
sobre el campo juvenil...
Yo vi en las hojas temblando
las frescas lluvias de abril.
Bajo ese almendro florido,
todo cargado de flor
-recordé-, yo he maldecido
mi juventud sin amor.
Hoy, en mitad de la vida,
me he parado a meditar...
!Juventud nunca vivida
quién te volviera a soñar!
Antonio Machado
Posdata: Los dos últimos versos te los dedico Campanilla, solo para que entiendas que las tristezas no son más que carencias o miedos que debemos eliminar. porque podrías estar perdiéndote otras cosas que después puedas lamentar. Piensa que son palabras de una alma triste, que hace lo posible por no estarlo.
Un Beso muy grande...